Artículos sobre la crisis

Dado que este blog lleva en línea desde 2005, es obvio que han sido
muchas las ocasiones en las que hemos podido reflexionar sobre la crisis
financiera internacional. Por lo tanto, sería casi improductivo crear una lista
con todos los artículos relacionados. Sin embargo, sí me pareció interesante
resaltar algunos de ellos y vincularlos a partir de un hilo que además de
coherente fuera también cronológico.
Este es el resultado, donde cada enlace lleva a un artículo en concreto
publicado en Pijus Economicus.
La erupción de la crisis financiera internacional.
A continuación he realizado un resumen del desarrollo inicial de la
crisis, pero para una versión ampliada puede leerse las publicaciones en la que
participé junto con Juan Torres y que pueden descargarse en “La Crisis Financiera. Guía para
entenderla y explicarla” y en “¿Por qué se cayó todo y no se hundió
nada?“.
En vísperas del verano de 2007 el mercado inmobiliario estadounidense se
vino definitivamente abajo, tras años de expansión y tras haber alcanzado los
precios de las viviendas su pico máximo. La burbuja inmobiliaria estalló y las hipotecas
suscritas meses y años antes comenzaron a estar vinculadas a un activo, la
vivienda, que ya no valía tanto en el mercado. Se sucedieron entonces los
impagos y los bancos comenzaron a tener graves dificultades contables.
Muchas familias estadounidenses se habían endeudado para poder comprar
la casa, esperando a que ésta se revalorizara para poder venderla después, pero
con la caída de los precios se encontraban en una situación incómoda e
inestable. Además, muchos de esos préstamos se habían concedido en condiciones depredatorias,
con muchas facilidades iniciales pero con tipos de interés muy elevados a
partir del segundo o tercer año, y a individuos sin ingresos ni posibilidades
reales de devolver el dinero, como en el caso de las llamadas hipotecas subprime
o hipotecas basura. Como consecuencia del cambio de coyuntura, muchos dejaron
de pagar las hipotecas y abandonaron las casas, dejando a los bancos con unas
viviendas depreciadas en sus balances.
Los bancos habían participado en este esquema precisamente porque, al
menos en principio, no iban a asumir los riesgos de los impagos. Efectivamente,
gracias a la titulización, los bancos vendían los préstamos a terceros una vez
los concedían, de tal forma que no tenían en ningún momento la necesidad de preocuparse
por su calidad. Las agencias de calificación, entidades privadas al servicio
del emisor –en este caso del banco-, valoraron esos productos (los préstamos,
sólo que acumulados en la forma de paquetes) con calificaciones muy
altas. De esa forma muchos inversores compraron esos productos por sus
reducidos riesgos y su relativamente alta rentabilidad.
El esquema funcionó perfectamente mientras se sostuvo la burbuja
inmobiliaria, pero una vez ésta estalló, todo se vino abajo. Los productos,
préstamos acumulados, perdieron valor y un gran número de entidades tuvieron
que asumir importantes pérdidas. Esas pérdidas llevaron a la falta de confianza
entre los bancos, iniciándose así la crisis del mercado interbancario y
empujando a muchos a la quiebra.
En definitiva, nos encontramos con una crisis originada en Estados
Unidos, concretamente en el mercado de crédito asociado al mercado
inmobiliario, que se expandió por todo el mundo gracias a los múltiples canales
y nexos que comunican las finanzas internacionales. Y también a través de los
paraísos fiscales, sobre los cuales puede leerse “La problemática de los paraísos fiscales“. En un
sentido más general puede leerse acerca de los cambios recientes de la economía
mundial en “¿Qué es la financiarización?“.
Los rescates bancarios
Fue tal el estallido, que los bancos, incapaces de asumir su nueva
situación, tuvieron que ser rescatados por los Estados. A través de diferentes
mecanismos, entre los que destacan las inyecciones de liquidez y las
nacionalizaciones parciales o totales, los Estados ayudaron a salvar la
situación bancaria o incluso a asumir ellos las pérdidas. En todo el mundo
desarrollado los Estados tuvieron que iniciar procesos de rescate,
fundamentalmente debido a que la globalización financiera había contribuido a
expandir todos esos productos, ahora llamados tóxicos por su ínfimo valor, por
todas las plazas financieras del mundo. La doble vara de medir del poder reflejaba que la negativa al desembolso de dinero para otros menesteres
(como acabar con el hambre en el mundo) era sólo una cuestión política y no
técnica. Para una crítica a los Bancos Centrales puede leerse “Sobre Bancos Centrales y el poder de la ciudadanía“.
La recesión económica
Los bancos, los cuales tienen una función crucial en la economía
capitalista, dejaron de prestar dinero a las familias y empresas para evitar
empeorar sus balances financieros. De esa forma el proceso capitalista se
detuvo y se desató la crisis económica. Las pequeñas y medianas empresas vieron
imposible pedir prestado para invertir. Asimismo, sin capacidad para endeudarse
más aún, y arrastrando ya grandes deudas, los hogares comenzaron a frenar su
consumo, empeorando los beneficios de las empresas y empujando a éstas a
restructuraciones laborales. La recesión económica había llegado.
La falta de créditos se producía no porque los bancos no tuvieran
recursos sino porque funcionan con criterios de mercado y no confiaban en el
contexto económica. Por eso algunos reivindicamos otros mecanismos, como puede
leerse en “¿Por qué necesitamos Banca Pública?“.
Los intentos de los diferentes Estados por evitar peores escenarios
fueron costosos y generaron importantes déficits en las principales economías
desarrolladas. A la menor recaudación impositiva como resultado de la crisis,
el coste de los estímulos –fundamentalmente obra pública- y las ayudas públicas
a las entidades financieras en peligro, todo lo cual puede leerse en “El déficit es culpa de la caída en ingresos“, se unió una ola de especulación financiera contra la deuda pública,
todo lo cual llevó a la crisis fiscal a un importante número de países.
La crisis de la deuda pública y la crisis fiscal
En efecto, dado que los gobiernos requerían más y más recursos para
evitar que la crisis no fuera aún mayor tuvieron que endeudarse en los mercados
financieros. Endeudarse significa establecer compromisos de pago futuros, y en
un contexto de recesión económica eso fue visto con recelo por las agencias de
calificación que procedieron a rebajar la calificación de la deuda pública de
algunos países. Una explicación detallada sobre cómo funciona el mercado de
deuda pública y las calificaciones de las agencias puede verse en “Qué significa la bajada de calificación de España“.
Pero la deuda pública se hizo mucho más cara de lo que la lógica
invitaba a pensar. Algo estaba pasando y ese algo era la especulación
financiera con instrumentos financieros complejos. Una explicación del caso
Griego puede leerse en “Goldman Sachs y el casino capitalista“, y una
explicación sobre por qué atacaron España y Grecia puede leerse en “La especulación financiera… ¿por qué contra España y
Grecia?“. Para saber más sobre los instrumentos
financieros complejos, como los CDS, puede leerse el doble artículo de “Los CDS, qué son, quiénes lo usan y para qué sirven” y el de “Los CDS, cómo especular con ellos“.
El encarecimiento de la deuda pública llevó a algunos a preguntarse qué
pasaría si quebraba el país. Algunas posibilidades para afrontar este problema
desde la izquierda pueden leerse en “La deuda pública, ¿es necesario
pagarla?“.
Los planes de ajuste neoliberales: reforma fiscal, laboral y de
pensiones
Las medidas tomadas por los gobiernos para superar la crisis han estado
basadas en el ideario neoliberal. Se han aplicado reformas bien conocidas en
casi todos los países del mundo. Para saber cuándo llegó a España y cómo puede
leerse “Llegó la primera fase del “Plan de Ajuste”“, y una crítica a la política del gobierno del PSOE puede leerse en “¿Impuestos para ricos?“.
En este mismo marco de reformas podemos encontrar las reformas laborales
y las reformas de pensiones. Sobre el tema laboral escribí algunas notas en “Algunas notas sobre costes laborales” y en “Por qué bajar salarios sería un grave error para España y
subirlos un acierto“.
Sobre el tema de las pensiones tema participé en una publicación
titulada “¿Están en peligro las pensiones
públicas? Las preguntas que todos nos hacemos y las respuestas que nos ocultan“. Además, en el blog también puede leerse una crítica a los planes de
pensiones privados y una defensa del sistema público accediendo a “Los planes de pensiones privados, ¿una alternativa necesaria?“.
La crisis en España: neoliberalismo, modelo de crecimiento económico y
huelgas
Desde muy temprano fui partidario de una huelga general, y pueden leerse
las razones en “La necesidad de una urgente huelga general“. Se
trataba de combatir algo que venía muy de lejos, y no sólo las recientes
medidas de política económica. Puede leerse esta idea aplicada a España en “¿Qué neoliberalismo? (II)“.
Para caracterizar qué es el neoliberalismo es interesante leer “El neoliberalismo, características y efectos“. Sobre qué opino acerca de si el fin del neoliberalismo es factible o
no puede leerse “El supuesto fin del neoliberalismo“.
Para entender algunas nociones acerca de qué es un modelo de crecimiento
económico puede leerse “Sobre Mercado Laboral, Modelo Productivo y Economía Liberal en España” y, para una visión panorámica de cómo ha operado el modelo español en
los últimos años puede leerse “El problema no son las deudas públicas, sino las
privadas. Un visión panorámica de la economía
de España“.
* La titulización es un
proceso por el cual activos no líquidos, como las hipotecas, se transforman en
activos negociables en un mercado.
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